
La importancia de “comprender y respetar” el rascado felino.
El rascado es una necesidad felina fundamental, lo que significa que es una conducta indispensable para el bienestar de los gatos. Por ello, se debe permitir que marquen el territorio con sus uñas. Sin embargo, con frecuencia la conducta de rascado es uno de los motivos principales de quejas respecto a la convivencia con gatos, sobre todo cuando el rascado se dirige hacia los muebles de la casa.
La conducta de rascado comienza alrededor de la quinta semana de vida del gatito, y forma parte del lenguaje felino, en concreto de la comunicación visual y olfativa. Así, mediante esta conducta el gato deposita, además de marcas visuales, la feromona interdigital felina, que procede de las glándulas interdigitales y constituye una señal olfativa con la que identifica su territorio.
El lenguaje olfativo permite a dos individuos intercambiar información sin tener que coincidir en un determinado momento en un mismo lugar
Además, los gatos utilizan la conducta de rascado para estirar la musculatura de la espalda después de un periodo de descanso, así como para mantener en buen estado sus uñas. En este sentido, como animales cazadores, necesitan tener sus uñas en perfecto estado para atrapar sus presas, pero también para poder trepar a zonas altas y ponerse a salvo de otros depredadores.
CONSEJOS VETERINARIOS A LA HORA DE ELEGIR UN RASCADOR PARA GATOS
Hay que pensar en una serie de factores a tener en cuenta como la estabilidad. Si al apoyarse, el rascador se mueve, es menos probable que lo usen. Además, los gatos más temerosos podrían asustarse. Debemos asegurarnos que el rascador queda bien sujeto y estable antes de permitir el acceso a nuestros gatos.
Respecto al material del rascador, recomienda que la superficie de rascado sea atractiva para el gato. Así, recuerda que las texturas preferidas por los gatos son el cartón, la cuerda, la moqueta y la madera. Se ha visto que cuando las fibras estén dispuestas en sentido vertical facilitan el rascado. La gran mayoría de gatos prefieren los rascadores verticales. Sin embargo, también hay gatos que les gusta rascar en superficies horizontales o inclinadas.
Es recomendable que la superficie para rascar sea mayor que la longitud de nuestro gato con las patas estiradas. Como se ha comentado, una de las funciones del rascado es hacer estiramientos después de dormir. Por tanto, si el rascador es muy pequeño no podrá hacerlo con comodidad. Además, también prefieren dejar marcas en zonas más altas para marcar el territorio.
¿DÓNDE COLOCAR EL RASCADOR DEL GATO?
Con el rascado los gatos dejan una señal visual y olfativa con la que identifican su territorio. En la naturaleza, estas marcas tienden a hacerlas en las zonas centrales de su territorio, por lo que esconder el rascador en una habitación donde el gato no suele estar constituye una de las causas frecuentes de fracaso a la hora de colocar un rascador.
El rascador se debe colocar en el centro del territorio del gato o en la habitación donde más tiempo pase. Además, ya que la conducta de rascado es más probable que aparezca después de los periodos de descanso, es recomendable colocar un rascador cerca de sus lugares de descanso.
Es frecuente que aumenten las conductas de marcaje con orina y rascado de superficies cuando hay problemas en la interacción social entre gatos, por ejemplo, en hogares multigato, o cuando nuestro gato detecta a otros gatos cerca de su territorio.
Existe la posibilidad de que el gato haya desarrollado un problema de rascado condicionado por refuerzo involuntario, y que recurra al rascado de superficies inadecuadas como búsqueda de atención. En este caso, el gato puede haber aprendido que rascar en determinados lugares tiene como consecuencia que lo persigamos, interpretando esta acción como un juego.
Para prevenir que el problema se mantenga, se deben limpiar los lugares donde ya ha rascado con detergentes enzimáticos y cubrirlos con plástico o papel de aluminio para que dejen de ser lugares atractivos para el gato. Asimismo, se debe evitar castigarlo cuando vuelva a rascar en lugares inadecuados y facilitar la conducta de rascado añadiendo rascadores adecuados, a poder ser, cerca de los lugares donde tiende a rascar. Otras formas que han demostrado favorecer el uso de los rascadores es utilizar atrayentes como hierba gatera y pintar con un rotulador líneas verticales sobre el rascador.